jueves, 13 de agosto de 2009

Nos secuestraron los goles


Por Alejandro Apo

El verdadero escalofrío y terror de “El bebé de Rosemary”, la gran película de Roman Polansky, es que los malos, los que bailan con el diablo, no estaban en Transilvania: eran los vecinos de los personajes que interpretaban Mia Farrow y John Cassavetes. Lo mismo pasa con el fútbol argentino y la gente cebada de poder que maneja el deporte, pero no terminábamos de verlo del todo. Pero ahora la cosa parece haber llegado a un extremo (antes también pareció que llegábamos a extremos y al final no pasó nada). Por eso la intervención del Gobierno puede ser positiva. No estoy para nada en contra de que el Estado, en este caso los Kirchner, le pidan cuentas al fútbol. ¡Por fin alguien lo hace!

El tema es que Julio Grondona ahora le reclama dinero a la televisión y es justo él la persona que inventó el negocio junto a los jerarcas televisivos, y que les entregó el negocio, primero al viejo TyC y luego al Grupo Clarín, con el que parece que ahora no se lleva tan bien. Firmaron un contrato en 1996 hasta 2014, con algunas prórrogas y cambios en el medio. Reitero, por si a algún lector se le pasó el detalle: de 1996 a 2014. A esa persona que inventó el negocio y lo entregó, cuando lo que tenía que hacer era salvaguardar los intereses de sus representados, los clubes del fútbol argentino, nadie lo juzga. Tiene renovación de cargo cada cuatro y firmó un contrato por 18. Increíble.

Grondona abrió la puerta para que otros hagan el negocio y los clubes están todos quebrados, salvo algunas honrosas excepciones. Con este toma y daca los tiene agarrados desde hace años. Los asusta con su poder de billetera y con eso que repite siempre: que por su cargo en la cima de la FIFA, es el “vicepresidente del mundo”.

Que Grondona pida más dinero en estas circunstancias es un grotesco, pero está muy bueno. Clarín, por su parte, no va permitir que el negocio peligre ni siquiera un segundo: por eso quédense tranquilos, que el fútbol vuelve rápido. Pero si el Grupo llega a perder el negocio, vamos a ver el “show del juicio” y no se va salvar nadie. ¡Hasta los pancheros de las canchas van a tener que ir a tribunales! Será una lucha de titanes, un escándalo. Porque es cierto que el multimedios tiene los contratos firmados y en regla, pero por ahí es el momento de que esta farsa termine. Dios quiera.

No hay que olvidarse tampoco que el Grupo Clarín defiende la actual Ley de Radiodifusión de la época de la dictadura. Es una norma que cubre sus intereses, pero con ese antecedente fundacional tan nefasto no se les ocurre impulsar una nueva ley y hacer un foro público de discusión. Un Grupo tan plural defiende una ley de esos tiempos y no les importa quedar pegados con eso: todo por el negocio. Piensen entonces cómo se va a comportar con un tema “menor” como el fútbol.

Hay que reconocer que Grondona es un maestro… pero en el arte de traficar favores e ilusiones. Fue frustrando todo lo que podía significar crecimiento para el fútbol local. Fue un dirigente que con su impronta le dio un lugar muy bueno a las Selecciones, el lugar que se merecían y no tenían. También se encargó de respetar los procesos de los entrenadores, eso estuvo muy bien. De ese dirigente de raza que vino del sur del Conurbano e hizo algunas cosas bien, a este hombre de negocios. Ahora parece que no es tan amigo de sus viejos amigos, pero él no está peleado a muerte con nadie, salvo con los que se manejan con códigos de la lealtad y la honestidad.

Esta sociedad entre la AFA y las empresas que manejan el deporte desde hace tantos años naturalizó lo antinatural. Si un grupo de amigos de Huracán, por ejemplo, no puede ir a ver a su equipo que juega un viernes, tiene que esperar hasta el domingo a la noche para ver el partido. ¡Nos secuestraron los goles y nos acostumbramos! ¡Cómo van a poner la hora para ver los goles! Naturalizaron lo horrible. El “Domingol” de TyC (y lo que hace Fox Sports, también), son programas que sólo muestran la tribuna. Dicen que es la radio que se ve, pero al final termina siendo la imagen de una rubia con anteojos negros que mira algo que nosotros, del otro lado de la pantalla, no podemos ver. El mensaje es claro: “Como no tenés plata, mirá la tribuna. Cuando la tengas, pagás y ves el partido”. Se encargaron de subestimar al extremo la inteligencia de la gente. En eso son increíbles, extraordinarios. No sé cómo pudimos permitir eso.

Los clubes también tienen una gran responsabilidad porque le dieron la derecha a Grondona y este respondió por sus amigos. Ahora le reclama a la tevé con otros dueños: ¡un campeón total! Somos la liga del mundo que menos cobra por las transmisiones televisivas. Ahora queda como la persona que representa al fútbol. Va y le dice a Kirchner: “esta gente no me quiere poner plata”. Kirchner sabe perfectamente cómo es la cosa, pero tiene que solucionar el tema de alguna manera.

Es muy bueno verlo a Grondona pidiendo que todo se haga popular y gratis. Qué persona difícil Julio, ¿no? Ahora hasta parece bueno. Lo eligió a Diego como DT, ahora esto. Al final va a terminar siendo un gran tipo. Si el Gobierno garantiza el acceso gratis al fútbol por medio de Canal 7, terminará con todo este gran negociado. Y nos despediremos para siempre de la rubia de anteojos negros que mira lo que nosotros no podemos.

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